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Samaras, de visita en Bruselas para defender la causa griega

El primer ministro griego, Antonis Samaras, acude el miércoles a Bruselas para acelerar el desbloqueo de la ayuda europea, después de que los ministros de la zona euro postergaran en una semana todas las decisiones para aliviar la pesada carga de la deuda griega.

El primer ministro griego, Antonis Samaras, acude el miércoles a Bruselas para acelerar el desbloqueo de la ayuda europea, después de que los ministros de la zona euro postergaran en una semana todas las decisiones para aliviar la pesada carga de la deuda griega.

Los ministros de Finanzas de la zona euro volverán a reunirse el 20 de noviembre para el desembolso de un tramo de 31.200 millones de euros de la ayuda a Grecia, pendientes desde junio, en medio de fuertes dudas y desacuerdos sobre cuándo y cómo hará el país para devolver los préstamos concedidos hasta ahora.

El próximo 20 de noviembre debemos adoptar "una solución que se considere y se perciba como definitiva para Grecia", consideró este martes el ministro de Economía español, Luis de Guindos, al margen de una reunión con sus homólogos de la Unión Europea (UE). "Eso será fundamental para todos", ha apuntado.

"Nuestro objetivo es alcanzar un acuerdo de principio para el 20 de noviembre para poder someterlo luego a la aprobación (de los Parlamentos europeos)", afirmó el ministro de Finanzas francés, Pierre Moscovici.

Samaras ha advertido en múltiples ocasiones de que Grecia necesitaba desesperadamente esos fondos antes del 16 de noviembre, fecha en la que el país se enfrenta a un vencimiento de deuda de cerca de 5.000 millones de euros.

Sin embargo, el país logró captar con éxito este martes 4.062 millones de euros en letras a uno y tres meses, con intereses del 3,95% y 4,2%, respectivamente, lo que le permitirá reembolsar el dinero a sus acreedores, anunció la agencia de gestión de la deuda pública (PDMA).

Pero Grecia, en medio de una profunda recesión que se ha deteriorado durante cinco años consecutivos y un desempleo que afecta a más de la cuarta parte de su población activa, necesita dinero no sólo para financiarse, sino para reactivar el crecimiento.

Atenas no puede permitirse que la zona euro siga demorando la ayuda, correspondiente a las dos líneas de crédito de un total de 240.000 millones de euros concedidos al país para evitarle una suspensión de pagos.

Más aún cuando las autoridades griegas deben enfrentarse a diario con la indignación de sus ciudadanos, que sufrirán nuevos recortes de salarios, pensiones, salud y prestaciones sociales, mientras el desempleo sigue en aumento.

Grecia puede jactarse de haber cumplido con las principales exigencias de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional: el domingo aprobó el proyecto de presupuesto de rigor para 2013 y el miércoles más ajustes que suponen 18.100 millones de euros adicionales de ahorro de aquí a 2016.

En ese contexto, los países de la zona euro deben resolver cuanto antes sus dilemas sobre Grecia.

Los principales acreedores de Grecia (Fondo Monetario Internacional, Unión Europea y Banco Central Europeo) se pusieron de acuerdo en que es necesario dar una prórroga de dos años a Grecia para que el país alcance la meta de déficit del 3% de su PIB, pero no se pusieron de acuerdo en cómo harán para financiarlo.

Sobre todo que muchos países, como Alemania, no quieren desembolsar un euro más y tampoco quieren que Grecia se siga endeudando indefinidamente.

Según el informe de la troika, Grecia necesitará más de 32.600 millones de euros en caso de una aplazamiento para cumplir con ese objetivo fiscal (que se establecería en 2016 en lugar de 2014).

Justamente la sostenibilidad de la deuda es la condición que impuso el FMI para seguir en el programa de rescate del país.

Y se mantuvo firme en que para que la deuda griega sea considerada sostenible, deberá alcanzar un 120% de su PIB en 2020. En cambio, el Eurogrupo propuso extender esa fecha hasta el año 2022.

Tras las dos líneas de crédito de los acreedores de 240.000 millones de euros, la deuda pública griega alcanzará el próximo año el 189,1% del PIB, es decir, 346.200 millones de euros.