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Reestructuraciones y huelgas en la industria automovilística francesa

Los empleados de los dos fabricantes franceses de automóviles, Renault y PSA (Peugeot Citroën), se movilizaron este martes en sus fábricas y en las calles, para oponerse a los planes de reestructuración de las dos firmas, al tiempo que la justicia suspendió el plan de PSA.

Los empleados de los dos fabricantes franceses de automóviles, Renault y PSA (Peugeot Citroën), se movilizaron este martes en sus fábricas y en las calles, para oponerse a los planes de reestructuración de las dos firmas, al tiempo que la justicia suspendió el plan de PSA.

Este martes empezó una nueva ronda de negociaciones en las dos empresas en curso de reestructuración, mientras varias fábricas estaban paralizadas por huelgas.

En Renault, que pretende suprimir 8.260 puestos de trabajo de aquí a 2016, los sindicatos se reúnen por octava vez con la dirección, que reclama la firma en febrero de acuerdos de competitividad, a los que los sindicatos se oponen.

En la planta de Douai (norte), la medida de fuerza se realiza para protestar por el acuerdo de competitividad y denunciar el "chantaje" de la dirección de Renault sobre "cierre de plantas y despidos". En la fábrica de Flins, cerca de París, varios cientos de obreros bloquearon la carretera que lleva a la planta.

En la sede de PSA en París, se realizaba una reunión sobre el plan de reducción de puestos previsto en Rennes (oeste) y Aulnay (periferia de París).

El cierre de la fábrica de Aulnay está previsto en 2014, en el marco de un plan de reestructuración que incluye la supresión de 8.000 empleos, a los que hay que agregar 1.500 jubilaciones no reemplazadas. Este plan fue anunciado a mediados de 2012 por la dirección de la firma.

Tras diez días de cierre por huelga, la fábrica volvió a abrir el lunes en un ambiente de tensión, pero la medida de fuerza seguía perturbando fuertemente la producción este martes. La fábrica había estado paralizada ya entre el 16 y el 18 de enero.

Este martes por la mañana, el tribunal de apelaciones de París decidió la suspensión del plan de reestructuración de PSA, a demanda del sindicato CGT de su filial Faurecia. La suspensión fue decidida porque la firma no respetó el procedimiento de información y consulta del comité de empresa previsto por la ley en Francia.