El planeta estará cada vez más sediento de petróleo, según la AIE

La demanda mundial de petróleo y los precios del oro negro seguirán aumentando en las próximas décadas, impulsados por el consumo en los transportes, predijo elstelunes la Agencia Internacional de Energía (AIE).

La demanda de crudo aumentará un 14% para 2035 y alcanzará los 99,7 millones de barriles diarios (mbd), indica la AIE en su World Energy Outlook, su gran estudio prospectivo anual.

Con ello, revisa al alza en 700.000 barriles sus anteriores previsiones La AIE, que defiende los intereses de los países consumidores, también prevé en 2035 un precio promedio del barril de crudo en torno a 125 dólares (en dólares constantes), contra 107 de media este año. En su anterior previsión, la AIE apostaba por un precio promedio de 120 dólares hacia 2035.

"El crecimiento del consumo de petróleo en los países emergentes, vinculado a los transportes en China, India y Medio Oriente, va a compensar sobradamente la reducción de la demanda en la OCDE, lo que aumentará claramente la utilización de petróleo", asegura la AIE, brazo energético de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

El transporte "representa ya mas de la mitad del consumo petrolero mundial, y esta parte se incrementará, pues el parque automotor se duplicará hasta 1.700 millones de vehículos, y la demanda vinculada al flete (transporte de mercancías) terrestre aumenta rápidamente", añade el estudio. El flete terrestre representa por sí mismo el 40% del alza de la demanda de combustible de aquí a 2035.

En lo referente a la producción de oro negro, la AIE considera que lo producido fuera de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) irá en aumento durante la década en curso. No obstante, el peso del cártel se volverá a reforzar en los años siguientes.

La producción no-OPEP debería ubicarse en torno a los 53 mbd después de 2015 (contra menos de 49 mbd en 2011), bajo el efecto de la emergencia del petróleo no convencional en Norteamérica (petróleo "compacto" en Estados Unidos), de los condensados (petroleo asociado al gas natural) y el notable aumento de la producción frente a las costas de Brasil.

Según la AIE, Estados Unidos se convertirá en primer productor mundial de petróleo hacia 2020 y exportador neto de crudo en torno a 2030, provocando un profundo cambio en el paisaje energético debido a la emergencia de estos hidrocarburos no convencionales. Con ello, Estados Unidos puede acceder a la independencia energética y ser autosuficiente en este ámbito, según pronostica esta Agencia.

La producción de los países no-OPEP se mantendrá hasta 2025, pero luego caerá a unos 50 mbd. Paralelamente, el peso de la OPEP en la producción mundial --actualmente en torno al 42%-- subirá hasta el 50% hacia 2035.

Por otro lado, la AIE asegura prever un aumento de la demanda de gas, pero su uso variará sensiblemente según las regiones. En América del Norte, la extracción de gas de esquisto ha hecho caer los precios del gas natural. Consecuentemente, reemplaza al carbón en la producción de electricidad, y podría convertirse en la primera fuente de energía en Estados Unidos, por delante del petróleo, en 2020.

El futuro del carbón es muy incierto, ya que dependerá de los opciones energéticas en Asia, y de su competitividad respecto a las demás fuentes de energías en la producción de electricidad. Las energías renovables (sobre todo la solar) deben desarrollarse a ritmo sostenido y asegurar cerca de un tercio de la producción de electricidad en 2035.

La AIE revisó por otra parte a la baja sus previsiones de crecimiento para la energía nuclear, frenada por la catástrofe de Fukushima. En fin, la AIE expresa su preocupación por el impacto de la energía sobre el clima y reitera que el "objetivo de limitar el recalentamiento del planeta a 2°C es cada vez más difícil y costoso cada año".