El Parlamento griego vota el paquete de austeridad para seguir recibiendo ayuda

Los 300 diputados griegos se disponían este miércoles a votar un proyecto de ley plurianual que introduce nuevas reformas y medidas de austeridad durante cuatro años más, en medio de la presión de la calle que se opone a las iniciativas impuestas por la UE y el FMI para seguir dando asistencia financiera a Atenas.

Los 300 diputados griegos se disponían este miércoles a votar un proyecto de ley plurianual que introduce nuevas reformas y medidas de austeridad durante cuatro años más, en medio de la presión de la calle, que se opone a las iniciativas impuestas por la UE y el FMI para seguir dando asistencia financiera a Atenas.

Frente al edificio del Parlamento, en pleno centro de Atenas, se manifestaban este miércoles por la tarde más de 70.000 personas, según estimaciones de la policía, para concluir una huelga general de 48 horas contra las nuevas disposiciones.

Al cabo de dos horas de concentración pacífica, bajo una lluvia que no paraba, grupos de manifestantes encapuchados lanzaron proyectiles contra la policía, a lo que los agentes respondieron con gases lacrimógenos.

"Abajo la política de sumisión y humillación", proclamaba una de las pancartas. "Eliminación de la deuda, resistencia a las medidas de la miseria", rezaba otra.

"Temo que se aprueben las medidas, pero debemos demostrar nuestra oposición", afirmaba ante el Parlamento Costas Lahais, de 39 años, empleado de una empresa farmacéutica.

Después de tres años de austeridad y cinco de recesión, la población protesta contra un nuevo paquete de rigor, el que votará este miércoles el Parlamento por el procedimiento de urgencia para ahorrar 18.000 millones de euros de aquí a 2016.

Las medidas, contenidas en un solo artículo de 400 páginas, prevén recortar los sueldos más altos del funcionariado, desde el jefe del Estado Mayor del Ejército hasta los profesores de universidad, pasando por policías, bomberos y hasta jueces, que este miércoles tacharon la medida de "anticonstitucional" e "ilegal". Los sueldos de los diputados, en cambio, se mantienen.

También se prevé un aumento de la jubilación a 67 años, recortes en las pensiones de más de 1.000 euros mensuales, la partida de miles de funcionarios, una mayor desregulación del mercado laboral, la apertura a la competencia de profesiones protegidas y aumentos de impuestos sobre el gas y el tabaco.

La aprobación de estas medidas, junto con el presupuesto estatal para 2013, que será votado el domingo, es una condición para que los acreedores de Grecia, la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), le entreguen los 31.200 millones de euros correspondientes al siguiente tramo del rescate financiero.

Sin ese dinero, Grecia podría encontrarse en suspensión de pagos a finales de mes.

Al igual que en las tres votaciones similares efectuadas desde el inicio de la crisis de la deuda en 2010, el dilema de este miércoles vuelve a ser la austeridad o la quiebra.

La diferencia ahora es que la mayoría de los economistas no deja de denunciar en el mundo entero los efectos nefastos de tantos recortes en la economía.

Según las previsiones que la Comisión Europea publicó este miércoles, Grecia vivirá en 2013 el sexto año consecutivo de recesión, con una contracción del PIB del 4,2%. La recuperación no llegaría hasta 2014, con un crecimiento del 0,6%.

A nivel político, la votación pondrá a prueba la cohesión del gobierno de coalición, en el que participan tres partidos: el conservador Nueva Democracia, del que forma parte el primer ministro Antonis Samaras, el socialista PASOK e Izquierda Democrática.

A pesar de las muchas objeciones que suscita el nuevo paquete en la coalición, los analistas y la prensa local esperan que las medidas salgan adelante con el apoyo de 155 de los 300 diputados de la cámara.

Este miércoles, la huelga paralizó la capital, aunque el metro volvió a funcionar por la tarde para que los manifestantes pudieran movilizarse. Los transportes marítimos y aéreos estuvieron perturbados. El sector sanitario también se vio afectado, con las farmacias cerradas y los hospitales funcionando a mínimos. También se sintió el paro en algunos bancos, en la justicia y las administraciones locales.