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Un jardín del Edén inglés florece bajo los auspicios de Bruselas

Bajo las inmensas cúpulas del 'Eden Project', un paraíso tropical financiado con fondos europeos florece en la campiña inglesa de Cornualles, en contraste con el clima generalmente frío que caracteriza las relaciones del Reino Unido y la Unión Europea (UE).

Bajo las inmensas cúpulas del 'Eden Project', un paraíso tropical financiado con fondos europeos florece en la campiña inglesa de Cornualles, en contraste con el clima generalmente frío que caracteriza las relaciones del Reino Unido y la Unión Europea (UE).

Si el complejo medioambiental es una importante atracción turística, con alrededor de un millón de visitantes anuales, la mayoría ignora que vive en parte gracias a la ayuda proporcionada por la UE a esta región desfavorecida del litoral suroeste de Inglaterra.

Las cúpulas de estructura geodésica que forman los invernaderos del 'Eden Project' albergan plantas tropicales y flores del mundo entero.

En este día frío y brumoso de noviembre, los cantos de los pájaros y el gorgoteo del agua resuenan en el 'bioma' mediterráneo, cuyo aire cálido exhala perfumes de hierbas y cítricos.

Del otro lado, bajo el invernadero gigante que alberga el mayor bosque tropical "en cautividad" del mundo, la humedad alcanza el 92% y el termómetro sube hasta los 45°C.

Cerca de una cascada, las aves tropicales se guarecen bajo las palmeras mientras de la cúpula de plástico transparente llueven grandes gotas de condensación.

Inaugurado en marzo de 2001, el 'Eden Projet' habría tenido dificultades para ver la luz sin la ayuda europea aportada a Cornualles, la única región de Inglaterra que se benefició en el presupuesto 2007-2013 de los fondos de cohesión destinados a las zonas más pobres de la UE.

El 'Eden Project' recibió unos 30 millones de libras (48 millones de dólares, 37 millones de euros), 26 de los cuales sirvieron para construir los biomas y los equipamientos pedagógidos.

La instalación, ubicada cerca de la ciudad de St Austell, emplea a 500 personas y ha generado unos 2.000 empleos en la zona.

Sin la financiación europea, "el proyecto hubiera sido mucho más reducido", admite el director de desarrollo del 'Eden Project', Dan James. "Pienso sinceramente que no hubiéramos alcanzado este tamaño", dice.

El 'Eden Project' espera todavía obtener financiación en el marco del disputado presupuesto 2014-2020 para invertir en un nuevo espacio de exposición sobre tecnologías sostenibles. Pero en Londres, una mayoría de diputados, conservadores y laboristas, pide recortes en el presupuesto de la UE para reflejar el programa de austeridad nacional.

Desde 1994, más de 900 millones de libras de fondos estructurales europeos se han destinado a Cornualles, una región rural de 535.000 habitantes y todavía de difícil acceso. Y aunque atrae a los turistas en verano gracias a sus playas y paisajes pintorescos, la región resultó duramente golpeada por el cierre de sus minas de estaño.

Entre los proyectos financiados figuran, además, el aeropuerto de Newquay, que conecta la región con Londres y Manchester (norte), el restaurante Fifteen, en el que el cocinero estrella Jamie Oliver entrena a jóvenes desfavorecidos, y el campus universitario de Tremough, cerca de Falmouth.

Una parte de los fondos se dedicó a equipar la región de internet de banda ancha. El Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) contribuyó con 53,5 millones de libras y el grupo británico de telecomunicaciones BT se hizo cargo de los 78,5 millones restantes. Antes de finales de 2014, alrededor del 80% de los habitantes debería beneficiarse de esta conexión a 100 megabits por segundo.

Según Julian Cowans, encargado del programa, los beneficios son ya palpables: la actividad en internet de la región ha aumentado, tanto por parte de los particulares como de las empresas. "Aquí estamos aislados, es una buena manera de superarlo", estimó.