Hollande niega un "giro" en su política y defiende la ayuda a Grecia

El presidente francés, François Hollande, negó el martes que hubiera "giro" alguno en su política, calificó de "buenas" sus relaciones con la Alemania de Angela Merkel y defendió la ayuda "debida" a Grecia.

El presidente francés, François Hollande, negó el martes que hubiera "giro" alguno en su política, calificó de "buenas" sus relaciones con la Alemania de Angela Merkel y defendió la ayuda "debida" a Grecia.

En una rueda de prensa dada seis meses después de su llegada al poder, en momentos en que su imagen se deteriora en las encuestas, el presidente francés empezó su intervención con una alocución para defender su política en la que tuvo por momentos acentos de discurso electoral.

Cuando Grecia teme la quiebra, François Hollande afirmó que Europa y el Fondo Monetario Internacional deben dar a ese país una ayuda que le es "debida", la cual permitirá asimismo "terminar con lo que pudo ser una duda sobre la integridad de la zona euro".

El presidente francés afirmó, por otra parte, que las relaciones de Francia con Alemania son "buenas", en vísperas de un viaje a Berlín de su primer ministro, Jean-Marc Ayrault, y después de unas afirmaciones de la prensa sobre un deterioro de las relaciones bilaterales, desmentido por ambos países. "Para quienes se interrogan sobre las relaciones que tenemos con Alemania", digo que éstas "son buenas", declaró.

En el plano interior, Hollande negó todo "giro" en su política, cuando el pacto de competitividad presentado hace una semana suscitó reticencias dentro de su propia mayoría.

El presidente defendió el aumento del impuesto sobre el valor añadido (IVA) decidido para 2014 y destinado a financiar una disminución de cargas de las empresas. Al respecto, recalcó que las dos prioridades de su mandato son "recuperar el crecimiento" y "reducir el desempleo".

-- Contra el desempleo "no se ha intentado todo" --

Para luchar contra el desempleo "se ha dicho todo, pero no se ha intentado todo", declaró, precisando después que su objetivo sigue siendo invertir la curva creciente de la desocupación antes de fin de 2013.

Esta rueda de prensa era considerada como una manera de redorar la imagen del jefe de Estado, cuya popularidad en las encuestas de opinión ha ido cayendo desde su llegada al poder. Según un reciente sondeo del instituto OpinionWay, el 58% de los franceses está descontento hoy con la acción Hollande.

En su campo, la intervención del presidente suscitaba expectativas. "Espero una excelente pedagogía, una visión clara de donde quiere ir él", había afirmado antes de la rueda de prensa un ministro de su gobierno, en tanto el portavoz del Partido Socialista David Assouline dijo esperar que las declaraciones de Hollande permitieran a los franceses "comprender el sentido de los esfuerzos que se les piden".

En la oposición de derecha, la actitud es evidentemente mucho más crítica. El secretario general de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), Jean-François Copé, afirmó que el jefe de Estado debía hacer "un momento de autocrítica por todas las mentiras que pudo decir a los franceses durante su campaña".