EEUU promete actuar "tan pronto sea posible" sobre los derivados financieros

El gobierno estadounidense descartó el sábado la idea de acuñar una moneda de un billón de dólares que permitiría evitar una nueva crisis política por el tope de la deuda.

Estados Unidos anunció el viernes su interés por actuar "lo más pronto posible" para poner en práctica una parte de la reforma financiera que tiene como objetivo el gigantesco mercado de los derivados financieros que se intercambian fuera del mercado (OTC, en inglés).

"Está previsto que las autoridades encargadas de la regulación financiera en Estados Unidos (...) hagan tan pronto como sea posible propuestas para integrar estas nuevas normas a la reglamentación estadounidense", indicó la vicepresidenta de la Reserva Federal (Fed), Janet Yellen, durante un discurso.

Yellen hizo referencia explícita a la puesta en marcha de algunas disposiciones de la Ley de Reforma de Wall Street de 2010 que apuntan específicamente al control de los derivados financieros OTC, pero también a la recomendación formulada en 2009 por los países ricos del G20, con el objetivo de poner en marcha cámaras de intercambio, plataformas de negociación y obligaciones de registro de estos productos "antes del final 2012 a más tardar".

Este plazo no se cumplió. A principios de diciembre, las autoridades de regulación bursátil de varios países del G20, entre ellas las de Estados Unidos, juzgaron "difícil" el armonizar la reglas sobre los productos financieros derivados que se intercambian fuera del mercado y anunciaron su intención de continuar con sus conversaciones "a principios de 2013" en Bruselas, aunque que sus avances sobre el tema son todavía embrionarios.

Teniendo en cuenta la complejidad de los derivados OTC y de los mercados en los que se intercambian, los Estados no quieren ir demasiado rápido.

Las reformas deben ser "examinadas con cuidado ya que son susceptibles de aumentar el coste de la intermediación financiera y de la cobertura contra el riesgo", subrayó Yellen.

En las últimas dos décadas, los derivados financieros se desarrollaron a un ritmo desenfrenado y prácticamente fuera de todo control, especialmente aquellos que se intercambian fuera del mercado, y que contribuyeron de manera importante a la crisis financiera actual.