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Gran descenso de agua en cuencas de ríos en Oriente Medio

Satélites estadounidenses detectaron una gran pérdida de reservas de agua dulce en las cuencas de los ríos Tigris y Éufrates en un periodo de siete años que comenzó a medirse en 2003, según un nuevo estudio. Las cuencas de estos ríos, cuyas aguas irrigan parte de Irak, Irán, Turquía y Siria, perdieron al menos tanta agua como hay en el Mar Muerto, determinó el estudio. "Es una cantidad de agua suficiente para satisfacer las necesidades de decenas de millones hasta más de un millón de personas en la región cada año, dependiendo de las normas de uso regional y la disponibilidad", dijo Jay Famiglietti, el director de la investigación. El estudio, que debe ser publicado este viernes en el diario Water Resources Research, fue realizado por científicos de la Universidad de California en Irvine, el Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA y el National Center for Atmospheric Research. La investigación se basa en los datos recopilados durante un periodo de siete años por los satélites GRACE de la NASA, que vigilan los cambios globales en las reservas de agua. Debido a que los cambios en las reservas de agua afectan a la masa de la Tierra en una determinada región, los satélites miden la gravedad localmente para averiguar esas transformaciones. "Los datos de GRACE mostraron un índice alarmante de descenso en el almacenamiento total de agua en el Tigris y Éufrates, que actualmente poseen la segunda tasa de pérdida más rápida de aguas subterráneas de la Tierra, después de India", afirmó Famiglietti, un hidrólogo de la UC Irvine. Parte de esta pérdida fue atribuida a la sequía de 2007 que secó el suelo y las acumulaciones de nieve, y, por otro lado, por la pérdida de agua de la superficie de los lagos. Pero la mayoría, alrededor del 60%, se rastreó por el bombeo de agua subterránea, que normalmente aumenta durante y después de la sequía. En este sentido, Famiglietti destacó como ejemplo que Irak perforó alrededor de 1.000 pozos en respuesta a la sequía de 2007. "El porcentaje (de pérdida) fue especialmente notable tras la sequía de 2007. Durante este periodo, la demanda de agua dulce continúa aumentando y la región no coordina la gestión de su agua a causa de las diferentes interpretaciones de las leyes internacionales", dijo. Satélites estadounidenses detectaron una gran pérdida de reservas de agua dulce en las cuencas de los ríos Tigris y Éufrates en un periodo de siete años que comenzó a medirse en 2003, según un nuevo estudio. Las cuencas de estos ríos, cuyas aguas irrigan parte de Irak, Irán, Turquía y Siria, perdieron al menos tanta agua como hay en el Mar Muerto, determinó el estudio.