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Cameron viaja a Bruselas para una cumbre de alto riesgo sobre el presupuesto

El primer ministro británico, David Cameron, viaja este jueves a Bruselas para una cumbre de alto riesgo sobre el presupuesto plurianual de la Unión Europea (UE), presionado por su país para que adopte una postura dura pero que podría dejarlo aislado de sus socios en Europa.

El primer ministro británico, David Cameron, viaja este jueves a Bruselas para una cumbre de alto riesgo sobre el presupuesto plurianual de la Unión Europea (UE), presionado por su país para que adopte una postura dura pero que podría dejarlo aislado de sus socios en Europa.

Cameron blandió la amenaza de un veto si no consigue por lo menos una congelación en términos reales -o un aumento limitado a la inflación- del presupuesto para el periodo 2014-2020 en los dos días de reuniones del consejo europeo extraordinario.

Pero una mayoría de diputados, fruto de una alianza entre el ala antieuropea de su Partido Conservador envalentonada por la crisis y unos laboristas críticos con su gestión, le instó a exigir recortes a sus socios.

Todo ello sin tocar el llamado 'cheque británico', el descuento negociado por el gobierno en los años 1980 para compensar al Reino Unido por las subvenciones agrarias que reciben otros países de la UE.

Cameron prometió el miércoles en el Parlamento "luchar increíblemente duro esta semana por un buen acuerdo" y reiteró su rechazo a aceptar cualquier modificación de esta rebaja, que en 2011 ascendió a unos 3.600 millones de euros, para una contribución neta final de 7.300 millones, según las cifras oficiales.

"El descuento negociado por Margaret Thatcher es una parte increíblemente importante de la posición británica en Europa y de asegurarnos de que logramos un acuerdo justo", dijo en su comparecencia semanal en la Cámara de los Comunes sobre esta posibilidad mencionada en la última propuesta del presidente de la UE, Herman van Rompuy.

La postura que defiende Cameron es, sin embargo, minoritaria, incluso entre los contribuyentes netos al presupuesto que mantienen diferencias con los países que, como España, no quieren perder la ayudas.

Y algunos la consideran insolidaria en la coyuntura económica actual. El presidente francés, François Hollande, criticó esta semana, sin mencionar Reino Unido, a los países que "vienen a buscar su cheque, su rebaja y su cambio porque la idea que tienen de Europa es obtener exactamente lo que han pagado".

Cameron, que desde su llegada al poder en 2010 ha prometido no ceder más poderes a Bruselas e incluso repatriar competencias, ya fue criticado por sus socios en diciembre pasado, cuando bloqueó un tratado comunitario destinado a reforzar la disciplina fiscal de la eurozona para ayudarle a hacer frente a la crisis.

Y el alcalde de Londres, Boris Johnson, favorito para sucederle al frente de los conservadores, le instó en los últimos días a repetirlo en caso de que no se acepte "la excelente opción" de recortar el presupuesto.

"Ha llegado la hora de que David Cameron se ponga aquella peluca de color piña y traje de chaqueta azul claro, haga girar su bolso encima de la cabeza y lo estrelle sobre la mesa diciendo no, non, nein (...) hasta que entiendan el mensaje", escribió en el diario conservador Daily Telegraph recordando la intransigencia negociadora de la 'Dama de Hierro'.

Con esto contentaría también a unos unos británicos crecientemente euroescépticos, pues según él último sondeo publicado durante el fin de semana por The Observer, un 56% de los británicos es ahora favorable a una salida de la Unión Europea (UE).