Bruselas aprueba el plan para reestructurar cuatro bancos españoles

Bruselas aprobó este jueves los planes de reestructuración de cuatro bancos españoles que no habían sido nacionalizados, que incluye una ayuda de 1.865 millones de euros, un paso más para sanear el sector financiero del país al que ya le concedió 39.500 millones de euros.

Bruselas aprobó este jueves los planes de reestructuración de cuatro bancos españoles que no habían sido nacionalizados, incluida una ayuda de 1.865 millones de euros, un paso más para sanear el sector financiero de España, al que ya le concedió 39.500 millones.

La reestructuración de Liberbank, Caja3, Banco Mare Nostrum (BMN) y Banco CEISS (Caja España-Duero) "harán que estas entidades de crédito vuelvan a ser viables, contribuyendo así a lograr el saneamiento del sector financiero en España", declaró el vicepresidente de la Comisión Europea encargado de la política de competencia, Joaquín Almunia.

La Comisión aprobó una ayuda de 1.865 millones de euros para BMN, Ceiss y Liberbank, un 30% de los 6.248 millones de euros de las necesidades de capital constatadas en las pruebas de resistencia de la auditoria Oliver Wyman.

El resto se cubrirá mediante el reparto de cargas (que aportará más de 2.000 millones de euros), la venta de activos (más de 1.000 millones de euros) y la transferencia de activos de los préstamos tóxicos a la sociedad de gestión de activos Sareb, conocida como el 'banco malo' (en torno a 1.000 millones de euros).

A cambio del rescate, las entidades deberán reducir su tamaño respecto a 2010. BMN deberá recortar su balance en un 40%, Ceiss en el 30% y Liberbank en el 25%. Caja3 dejará de ser una entidad independiente y se integrará en Ibercaja "lo que garantizará su retorno a la viabilidad en los cinco años del periodo de reestructuración", según se anunció en un comunicado.

Bruselas seguirá "de cerca" el proceso de reestructuración de los bancos, dijo Almunia. Estas entidades dejarán de prestar dinero a proyectos inmobiliarios y limitarán su presencia en el negocio de banca mayorista.

La aprobación de este plan -que implicará a su vez recortes, cierre de sucursales y despidos- ocurre pocos días después de que el MEDE inyectara 39.500 millones de euros en el sector financiero español.

De esa suma, más de 37.000 millones fueron destinados a los bancos nacionalizados Bankia, Catalunyabank, Banco de Valencia y Novagalicia Banco y los restantes 2.500 millones al 'banco malo', que absorbe los activos inmobiliarios tóxicos de las entidades bancarias españolas.

La reestructuración del sector financiero era una de las condiciones impuestas por Bruselas para otorgar una ayuda de hasta 100.000 millones de euros al sector bancario español, muy afectado por los activos tóxicos desde que estalló la burbuja inmobiliaria, en 2008, motor del crecimiento. Desde entonces, el sector financiero español tiene un elevado índice de créditos morosos que preocupan al Gobierno y a las autoridades europeas.

El procedimiento acordado entre Bruselas y Madrid es que el MEDE entregue los fondos al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), estatal, lo que engrosará la deuda pública española, aunque levemente, según el Gobierno.

De todas maneras, Almunia creyó exactamente lo contrario. El vicepresidente comunitario elevó el coste total de la recapitalización de la banca española a 52.000 millones de euros, tomando en cuenta las ayudas previas en 2010 y en 2011 al sector, pero excluyendo las concedidas al 'banco malo'.

"El coste total es demasiado elevado y demuestra lo importante que es crear un mecanismo único de supervisión" para la zona euro, señaló. Esa es la condición para que la recapitalización directa en los bancos, sin que afecte a la deuda de los países, se vuelva una realidad.

En los últimos días, las inquietudes sobre España volvieron y con ellas la presión para que el país pida un rescate global de sus socios de la zona euro.

Pero el Gobierno no se decide. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, afirmó la semana pasada que no renuncia a pedir un rescate global para la economía del país que permita aliviar las tensiones sobre su deuda soberana, pero dejó entrever que no lo hará de momento. Al menos no este año.