Brasil veta ley que alteraba contratos y regalías internas del petróleo

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, vetó parcialmente el viernes una ley del Congreso que modificaba el reparto interno de las regalías petroleras para evitar una violación de los actuales contratos, pero pidió que el 100% de las nuevas concesiones petroleras sea destinado a la educación.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, vetó parcialmente el viernes una ley que modificaba el reparto interno de las regalías petroleras para evitar la violación de los actuales contratos, y propuso que en los futuros acuerdos dichos recursos se inviertan exclusivamente en educación.

La mandataria objetó un artículo que disminuía las regalías a los estados productores de crudo en favor de los no productores por considerar que violaba los contratos ya suscritos, dijo la jefe de gabinete, Gleisi Hoffmann.

"El veto resguarda los contratos establecidos", sostuvo Hoffman en una conferencia de prensa acompañada de los ministros de Energía, Edson Lobao, y de Educación, Aloizio Mercadante.

Las modificaciones serán encaminadas al legislativo para su aprobación.

Con esta decisión "no se está despreciando al Congreso, sino defendiendo la existencia de los contratos", señaló Lobao.

Bajo control estatal, Petrobras extrae la mayor parte de los 2 millones de barriles diarios que se producen en Brasil, donde además operan empresas nacionales y extranjeras como la angloholandesa Shell, la noruega Statoil y la estadounidense Chevron.

Rousseff planteó que la redistribución aprobada por el legislativo el 6 de noviembre se aplique en los futuros contratos, entre ellos los de las millonarias reservas descubiertas en los últimos años a unos 6 km bajo el suelo marino, conocidas como "presal".

Un tercio de esas reservas ya fueron concesionadas, y las restantes serán adjudicadas a partir de 2013, según Lobao.

La ley con el nuevo reparto de las ganancias había generado un fuerte rechazo entre los estados productores. Sólo tres de los 27 estados de Brasil, Rio de Janeiro, Sao Paulo y Espírito Santo, concentran la mayor riqueza petrolera.

El lunes, unas 200.000 personas encabezadas por el gobernador y el alcalde de Rio marcharon en la ciudad para pedir el veto presidencial, con el argumento de que el texto disminuía sensiblemente la renta pública y ponía en riesgo la financiación del Mundial 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.

El veto "es la confirmación de que en Brasil se fortalece el estado democrático de derecho", celebró el viernes el gobernador de Rio, Sergio Cabral.

La propuesta del Congreso que se aplicaría a los nuevos contratos, y que fue respaldada por Rousseff, reduce de 30% a 20% las regalías para el gobierno federal y baja de 26% a 20% los ingresos para los estados productores.

Al mismo tiempo los estados no productores, que actualmente reciben el 7% de las regalías, recibirían un 21% en el futuro.

De ser respaldado por el Congreso, las regalías provenientes de los nuevos contratos deberán ir sólo para educación.

"Todas las regalías a partir de las futuras concesiones, sean en tierra o mar, irán para la educación. El 100% de las futuras regalías serán para educación", sostuvo Mercadante.

Mientras Rio de Janeiro aplaude la decisión de Rousseff, los estados no productores "lamentan esa posición", según el senador Vital do Rego, relator del proyecto aprobado en el Congreso.

"En nombre de 170 millones de brasileños, que querían que esta riqueza no quedara concentrada en apenas algunos pocos municipios, confieso que me sorprendió esta decisión. El Congreso debe ser respetado y derrumbar ese veto", dijo al portal G1.

Gracias a sus gigantescas reservas situadas en aguas ultraprofundas, Brasil espera elevar su producción a 5 millones de barriles diarios y convertirse en un importante exportador.