El BCE deja sin cambios la tasa pese al euro fuerte

El Banco Central Europeo (BCE) mantuvo este jueves la tasa directriz en el 0,75%, una decisión previsible en un contexto de estabilización económica y financiera en la zona euro. "Los riesgos que rodean las perspectivas económicas para la zona euro siguen disminuyendo" dijo el presidente del BCE, Mario Draghi, en una conferencia de prensa en Fráncfort, sede de la institución. La confianza que los mercados financieros, empresarios y consumidores han recuperado, aunque sigue siendo frágil, permite esperar una mejora a finales de año, dijo, un pronóstico que no ha variado desde diciembre. No obstante, los indicadores de actividad siguen dando señales de debilidad, recordó, antes de instar a los gobiernos a que persistan en la vía de las reformas. Para Christian Schulz, economista del banco Berenberg, el jefe del BCE parecía "un poco más prudente" que en sus últimas intervenciones, sin duda para evitar la complacencia y "quizá frenar la subida del euro". La revaluación de la moneda única centró gran parte de la conferencia de prensa, tras las preocupantes declaraciones del presidente francés, François Hollande, el martes en el Parlamento Europeo. Hollande instó a que se instaure una política de cambio para evitar que las fluctuaciones monetarias no castiguen los esfuerzos de competividad de los países afectados por la crisis de la deuda. Su ministro de Economía, Pierre Moscovici, consideró el miércoles que si esta apreciación prosigue al ritmo actual se podría recortar el crecimiento del PIB francés en 0,3 puntos. Pero para Draghi la subida del euro no es por el momento preocupante y más bien es una señal de que la confianza ha vuelto a la zona euro. También emitió críticas veladas a las autoridades japonesas y estadounidenses, que al dar a la manivela de la máquina a billetes para apoyar la actividad económica de sus países, empujan el euro al alza. "Los cambios observados actualmente no son deliberados. Es más bien el efecto de las políticas económicas destinadas a relanzar la economía". Pero si esta políticas tienen consecuencias en los tipos de cambio que "no reflejen el consenso del G20, tendremos que hablar de ello", advirtió. Tras subrayar la independencia del BCE, recordó que "el tipo de cambio no es un objetivo en sí pero es importante para el crecimiento y la estabilidad de los precios y vamos a observar si esta revaluación, en caso de que persista, modifica nuestra evaluación sobre la estabilidad de precios", agregó. Pero Christian Schulz considera estas declaraciones como un "modesto" intento de contener su subida. Interrogado sobre la decisión de mantener la tasa directriz en el 0,75%, su nivel más bajo que está en vigor desde julio del pasado año, Draghi declaró que fue adoptada por unanimidad, aunque hubo discusiones sobre la forma de mejorar "las condiciones financieras", sin ofrecer más detalles. Como las tasas interbancarias han subido después de que varios bancos de la región decidieran reembolsar anticipadamente el primer préstamo a tres años concedido por el BCE en diciembre de 2011, Draghi dijo que el la institución está preparada para conceder tanta liquidez como sea necesario. Considera que estos reembolsos, de 140.000 millones de euros de los 468.000 prestados, son también una señal de la vuelta de la confianza a los mercados financieros. Draghi prevé que el nivel de inflación en la zona euro que se situó en el 2% en enero -el nivel más bajo desde noviembre de 2010- caiga por debajo de ese umbral en los próximos meses, y entrar dentro de las metas del BCE. Esta perspectiva, junto con la impresión de que el BCE realiza una "política monetaria complaciente", como lo repitió en varias ocasiones, no deja augurar una bajada eventual de las tasas en un futuro próximo. El Banco Central Europeo (BCE) mantuvo este jueves la tasa directriz en el 0,75%, una decisión previsible en un contexto de estabilización económica y financiera en la zona euro. La confianza que los mercados financieros, empresarios y consumidores han recuperado, aunque sigue siendo frágil, permite esperar una mejora a finales de año, dijo el presidente del BCE, Mario Draghi.