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Balance claroscuro en Italia de los trece meses de gobierno Monti

El 'Profesor' Mario Monti, quien este domingo hizo un balance de su gobierno de trece meses tras su dimisión oficial el viernes, es un tecnócrata muy apreciado en Europa por las medidas adoptadas, pero los sacrificios exigidos han sido poco digeridos por los italianos.

El 'Profesor' Mario Monti, quien este domingo hizo un balance de su gobierno de trece meses tras su dimisión oficial el viernes, es un tecnócrata muy apreciado en Europa por las medidas adoptadas, pero los sacrificios exigidos han sido poco digeridos por los italianos.

La fría acogida por parte de los líderes europeos al regreso de su predecesor, Silvio Berlusconi, a la vida política italiana, anunciada a inicios de diciembre, y la multiplicación de elogios a nivel internacional para Monti, -desde la alemana Angel Merkel al socialista francés Francois Hollande-, confirmaron el prestigio del que el economista goza entre sus colegas.

También los mercados, el mundo de las finanzas y los bancos ven con buenos ojos al tecnócrata y apuestan por que permanezca de alguna forma en el poder.

El inesperado anuncio el 8 de diciembre de su dimisión avivó además los fantasmas del pasado, cuando Italia estaba al borde del abismo por su colosal deuda pública, con el peligro de hundir toda Europa mientras su multimillonario primer ministro se empeñaba en negar la crisis.

El mayor logro del comisario europeo, designado el 16 de noviembre del 2011, en plena tempestad financiera, fue impedir que Italia tuviera que solicitar un rescate y generar confianza en los mercados.

El peligroso nivel de la prima de riesgo, que estaba al inicio de su gobierno a casi 600 puntos, ahora se ubica alrededor de 300, lo que permite a Italia refinanciar su deuda con intereses más razonables.

Solo el anuncio a inicios de diciembre de Silvio Berlusconi de que iba a entrar de nuevo en la carrera electoral hizo tambalear la prima de riesgo, demostrando que la confianza aún es frágil.

Monti, que adoptó una controvertida reforma del mercado laboral y modificó el sistema de pensiones, no pudo, sin embargo, modernizar como quería un Estado anquilosado ni reactivar la competitividad. La deuda continuó aumentando y superó la barrera récord de los 2 billones de euros.

Sin embargo, el mundo empresarial aplaudió su gestión y pidió que impulsara más reformas.

La cura de austeridad aplicada por Monti desató una recesión económica (se prevé que el PIB se contraiga un 2,4% en 2012) y se estima que la recuperación deberá esperar a 2014.

El desempleo, uno de los grandes males de la península, sigue afectando las regiones del sur y, sobre todo, a los jóvenes, con una tasa del 36,5%.

Según Giacomo Marramao, profesor de filosofía política en la Universidad de Roma 3, el balance del gobierno liderado por Monti es "ambivalente".

La falta de crecimiento junto con una mayor presión fiscal, al haber introducido nuevos impuestos, en particular a la clase media y al empleado con un salario fijo, es el aspecto más negativo.

Todo ello tuvo una repercusión negativa para los consumos, que bajaron notablemente.

La Navidad de los italianos este año ha sido marcada por el pago del impuesto sobre las propiedades inmobiliarias, que había sido eliminado por Berlusconi y que fue reintroducido por Monti. Se calcula que debido a ese impuesto, las compras de Navidad se reducirán del 12 al 20%, sostiene Rosario Trefiletti, presidenta de Federconsumatori, la federación de consumidores.

Monti admitió que aplicó una "cura amarga" a Italia, pero al mismo tiempo considera que era la única receta para salvar al país del empobrecimiento.