Los acreedores de Portugal aceptan relajar los objetivos de déficit público

El ministro portugués de Finanzas, Vitor Gaspar, en una rueda de prensa este martes en Lisboa para informar sobre los resultados de la quinta evaluación de la troika al programa de rescate a Portugal.

Los acreedores de Portugal aceptaron relajar los objetivos de déficit público del país, que tiene muchas dificultades para cumplir con sus compromisos a cambio de un plan de ayuda internacional, informó este martes el ministro de Finanzas, Vitor Gaspar.

"El objetivo de déficit público pasó al 5% del PIB este año (frente al 4,5% anterior), a 4,5% en 2013 (frente al 3%), y luego a un 2,5% en 2014", dijo Vitor Gaspar al presentar los resultados de la quinta evaluación de los acreedores internacionales del país.

"Los cambios permiten ajustar el programa (de ayuda) a una realidad exterior e interior distinta de la que nos esperábamos", añadió Gaspar.

El ministro precisó que esta revisión no implicaba ninguna "modificación del total de la ayuda financiera" y que el país mantiene su objetivo de volver a financiarse en los mercados en 2013.

"La misión concluyó que se habían llevado a cabo progresos y que los desequilibrios económicos fueron reducidos", dijo el ministro. Portugal estaba considerado hasta ahora como un "alumno aventajado" de la troika (UE, Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo).

En mayo de 2011 Portugal, afectado de lleno por la crisis económica mundial, acordó con la Unión Europea y el FMI un préstamo excepcional de 78.000 millones de euros en tres años.

En un comunicado conjunto, la troika advirtió que "alcanzar los nuevos objetivos de déficit público exigirá esfuerzos suplementarios de consolidación fiscal", añadiendo que el programa de rescate sigue "globalmente por buen camino".

Tras esta nueva evaluación, se espera que los acreedores institucionales del país desembolsen el próximo tramo del plan de rescate, de un importe de 4.300 millones de euros.

La revisión del programa de ajuste "permitirá reducir los costes económicos a corto plazo y el impacto social de la aplicación del plan", consideró por su lado Olli Rehn, vicepresidente de la Comisión Europea.

La troika aceptó revisar los objetivos de déficit público después de que el gobierno de centroderecha admitiera que no podía cumplir su objetivo de 4,5% del PIB este año a causa de la importante reducción de ingresos fiscales, provocada por la contracción de la economía en un 3,3% interanual en el segundo trimestre.

El desempleo ya supera en el país el 15% de la población activa.

En 2011 el déficit del país fue del 4,2% del PIB gracias al traspaso de fondos de pensiones bancarios a las arcas del Estado, una medida excepcional que no se repitió.

El gobierno revisó además este martes a la baja sus objetivos de crecimiento para 2013, y prevé una contracción del 1% de la economía en vez de un ligero crecimiento de 0,2% que auguraba hasta ahora.

Antes que el ministerio de Finanzas revelara el resultado del último examen de la troika, el primer ministro Pedro Passos Coelho ya había anunciado la semana pasada nuevas medidas de austeridad para 2013.

Las medidas incluyen el aumento de 7% de cotizaciones salariales, que pasarán del 11% al 18%, lo que según los analistas equivale a la pérdida de un mes de sueldo.

El primer ministro también anunció una rebaja de los cotizaciones patronales que pasarán de 23,75% al 18% para favorecer la creación de empleo.

Portugal ya ha llevado a cabo severas medidas de austeridad a cambio del plan de ayuda, incluyendo recortes de salarios, aumentos de impuestos y reducciones drásticas del presupuesto de numerosos ministerios, como el de Salud o el de Educación.

Las nuevas medidas de austeridad anunciadas por el primer ministro para el año que viene fueron muy criticadas, no sólo por la oposición de izquierda sino también por su propio partido.

Por su parte el principal sindicato portugués, el CGTP, anunció su intención de intensificar los movimientos de protesta e incluso de convocar una huelga general. El próximo sábado ya está prevista una manifestación 'antitroika' en Lisboa.