Siete frases prohibidas

Un estudio llevado a cabo por el portal digital Ciencia al día revela que cada humano utiliza aproximadamente 4,300 palabras al día, esto es un total de 123 millones 205,740 palabras en toda su vida. Una cantidad nada despreciable de vocablos, que unidos forman frases con las que estos se comunican con sus semejantes, anuncian sus estados de ánimo o igual transmiten mensajes importantes que sin transcendencia alguna.

¿Vas por  un ascenso en el trabajo?; ¿Deseas emprender un nuevo negocio?; ¿Aspiras a obtener un aumento? Cumplir tus metas, materializando tus sueños en el terreno laboral constituye una empresa difícil. Acompañar tu aventura de progreso de siete frases/palabras en apariencia inofensivas puede convertir lo difícil en todo un imposible.  No corras riesgos. Elimina de tu léxico las siguientes:

  • Cuando

Este vocablo lleno de inocencia supone todo un lastre que sólo invita a posponer nuestras aspiraciones. Ejemplos de ello no faltan: 'Cuando terminé mi carrera, montaré mi propio negocio'; 'Cuando llegue septiembre solicitaré una ascenso'; 'Cuando salga el proyecto pediré un aumento'… El problema surge cuando' nuestro cuando' no llega o, en el mejor de los casos, viene cuando ya es tan lejano en el tiempo que nuestra memoria ha olvidado el objetivo. Es, por tanto una palabra más que prescindible en nuestro vocabulario. Para disipar las dudas que puedan existir no hay más que cuestionarse: ¿Por qué no empezar ahora? O más bien, ¿Cometo algún delito o inmoralidad actuando ya?; ¿Atento contra la ética? Si la respuesta es negativa no hay excusas, adiós al cuando.

¿Por qué esperar a septiembre para 'pelear' por tu ascenso si lo puede hacer hoy?

  • Algún día

Ocurre algo similar en este caso. Frases como algún día no son negativas en sí, pero sirven como perfecta cuartada para aplazar tus deseos sin fecha límite. Olvida el presente, depositando toda la confianza en el futuro. Nos ayuda, eso sí a sentirnos mejor con nosotros mismos. Algún día cumpliré mis planes, pero pueden pasar meses e incluso años sin que ese día se presente en tu vida. El hoy cuenta. En nada beneficia a tus intereses un mañana lleno de propósitos si en tu agenda de hoy brillan por su ausencia. Hora de desplazar estos al presente cercano. Recuerda un sabio refrán: no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.

  • Fuerza de voluntad

Puede pasar de ser nuestra mejor aliada a erigirse como nuestra principal enemiga. Contrariamente al concepto que impera en torno a ella, no es una virtud que venga impresa en nuestro ADN. Ni es innata, ni se carece de ella. Craso error apelar a ella en busca de una justificación. Tanto es así, que atendiendo a las palabras del Dr. BJ Fogg, experto de cambio en comportamiento del Laboratorio de Tecnología Persuasiva de Stamford, el primer paso para logra un futuro mejor, consiste en imaginar que la fuerza de voluntad no existe. Para evitar trabas, destiérrala.

  • Quieres, deseas, esperas…

Es loable querer, desear y esperar, pero conlleva riesgos. Puedes quedarte anclado en la esperanza sin que se registre avance alguno. No confíes tu futuro al destino, este puede olvidarse de ti y pasar de largo. Puedes acomodarte en el sofá a la espera del cambio anhelado, pero recuerda, las decisiones que propician los cambios se basan en acciones no en ilusiones. Asume el control que te pertenece. Responsabilízate de tus acciones y sólo entonces desea y espera el fruto de ellas. Si no juegas la lotería es imposible que seas agraciado con un premio.

  • No es suficientemente bueno

La palabra bueno pierde en la frase toda connotación positiva. Ser exigente contribuye al progreso. Pero ser demasiado exigente paraliza el progreso. El vaso, coloquialmente hablando, puede estar medio lleno o medio vacío, depende de la óptica. Esta misma óptica te puede llevar a concluir, el trabajo no es suficientemente bueno, o a pensar no es perfecto, pero está bien. Optando por la segunda opción te atreverás a publicar el artículo, a exponer tu informe, a realizar esa llamada determinante… Quién arriesga pierde toda posibilidad de ganar.

  • No tengo tiempo

Una excusa tan socorrida como 'el cuando' o 'el algún día'. Ese fiel amigo que no dispone de tiempo para echarte una mano con el balance, que has de presentar; no tendrá problemas, sin embargo, para acompañarte al Bernabéu a ver un partido. Cuestión de organización correcta del mismo. Distribuyendo este de forma óptima podemos ganar un mínimo de 20 minutos y un máximo de 2 horas cada día, que podemos invertir en algo productivo en pos de conseguir crecer y mejorar. En nuestra vida diaria hay actividades de las que podemos prescindir o a las que podemos dedicar menos tiempo.

  • No es el momento adecuado

Puede que no exista un momento adecuado como tal para ejecutar tus planes. Si te empeñas en esperar que este llegue, puedes posponer estos indefinidamente. La suerte puede ser demasiado esquiva, la crisis prolongarse más de lo esperado, o los astros no alinearse jamás. Consiste más bien en cambiar la mentalidad y buscar el momento menos malo.

Prescindir de estas frases no sólo puede ayudarte a conquistar tus objetivos sino a prevenir males mayores como, por ejemplo, el despido.